Aunque la impresión 3D se ha vuelto popular recientemente, en realidad su origen data de mucho tiempo atrás, contrario a lo que la mayoría de las personas podrían pensar. Para saber un poco más acerca de este método, su historia y cómo se originó te daremos un repaso breve de los comienzos de las impresoras 3D abarcando los aspectos más importantes.
Antecedentes de la impresión 3D
Los primeros indicios de la impresión 3D hicieron su aparición en el siglo XIX con el escultor francés François Willème en el año de 1859. Willème utilizó 24 cámaras para tomar una misma fotografía, pero desde distintos ángulos.
Luego, en el año de 1892 Joseph E. Blanther fabricó mapas en 3 dimensiones utilizando el método de estratificación y por el cual consiguió la patente. Esta fue la antesala a lo que se conoce hoy en día como la impresión 3D. Más tarde específicamente para los 80 se muestran los primeros avances considerables que luego servirían para sentar las bases de este método.
Historia de la impresora 3D, el origen
Como se mencionó esta técnica tuvo desarrollo significativo en la década de los 80, la cual fue una época difícil, pues todavía no se pensaba siquiera en la fotografía digital. En 1981 es creado un proyecto por el científico Hideo Kodama, del Instituto de Investigación de Nagoya en el que se quería fabricar piezas rígidas a través de la solidificación de una tina de fotopolímero empleando radiación ultravioleta. Aunque este proyecto fue realmente innovador no logró evolucionar.
En esa misma época también existieron otros intentos que no tuvieron mucho éxito, pero que de igual forma contribuyeron en gran parte con su desarrollo. Tal es el caso de Alain Mehauté quien trabajaba en la empresa Alcatel realizando réplicas de partes geométricas en forma de fractales. Aun así, todos estos intentos fallidos dieron pie al nacimiento de esta tecnología como industria. De hecho, fue durante esta época donde son producidas las primeras patentes y aparecen los métodos de impresión 3D SLS, FDM y SLA.
Impresión 3D SLS, FDM y SLA
La impresión 3D SLA o estereolitografía fue inventada por Chuck Hull en el año de 1984 basándose en la sinterización por capas empleando un láser. Tiempo después, específicamente en el año de 1986 Hull crea una patente de su descubrimiento y establece su empresa 3D Systems, considerada la pionera en el sector de la impresión 3D.
Posteriormente, aparece la impresión 3D SLS en el año de 1987. El investigador Carl Deckard adscrito a la Universidad de Texas, desarrolla un método que sintetiza resina en polvo para luego transformarla en un objeto sólido. Este método al igual que el anterior funciona con un láser.
Por su parte, la impresión 3D FMD hizo su aparición en el año de 1988. Sus creadores S. Scott Crump y Lisa Crump patentan esta idea, la cual se basa en la deposición de filamento fundido. Tras la creación de esta patente, fundaron la empresa Stratasys quien se convertiría en la actualidad en una de las más famosas de la industria.
Impresión 3D en los años 90
En la década de los años 90 se crean otras compañías de impresión 3D tales como ARCAM, Object Geometries y Z-Corporation y es cuando sectores como la odontología o la medicina comienzan a hacer uso de ella para la fabricación de prótesis.
De hecho, finalizando esta época, investigadores del Instituto de Medicina de Wake Forest desarrollaron el primer órgano, implementado un método fundamentado en la regeneración de órganos usando sus propias células. Estos fueron los primeros avances en el sector de la bioimpresión 3D.
Impresión del plástico
La impresión del plástico comenzó en la década de los 80 con la fabricación de piezas hechas con este material, el cual hasta la actualidad brinda muchas ventajas como, por ejemplo, la rapidez con la que se pueden obtener las piezas. Gracias a esto a esta técnica se le conoce como prototipado rápido o Rapid Prototyping.
Este método de impresión ha mejorado gracias a la intervención de varias tecnologías y a la integración de otros materiales, debido a lo cual fue ganando protagonismo en la década de los 90 a nivel industrial al fabricar piezas plásticas con una gran resistencia mecánica. Tanto así, que para la década del 2000 se convirtió en una técnica muy popular, tanto así, que cualquier persona puede tener acceso a ella.
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