¿2021 el año de la impresión 3D?

Somos conscientes de que 2020 ha sido un año complicado, pero de lo malo siempre se puede sacar algo bueno, y es que la pandemia que hemos vivido, ha servido de inspiración para miles de ingenieros innovadores y diseñadores de todo el mundo, para aplicar usos innovadores e inspiradores dentro de la impresión 3D garantizando así la continuidad del negocio.

La impresión 3D avanzará enormemente en los próximos 5 años

El conocimiento sobre la impresión 3D aumentó a nivel mundial al 71% durante el año 2020. El efecto general también fue positivo hacia la impresión 3D, se cree que será una tecnología generalizada en su industria en los próximos cinco años. Esto se corresponde con el aumento de la prioridad de inversión y también que se convertirá en una función esencial para el negocio en un futuro cercano.

Hoy en día, se tienen numerosas expectativas en cuanto a la implementación de las fábricas de impresión 3D para así capitalizar sus oportunidades. La pandemia de COVID-19 probablemente impulsó la adopción, ya que la impresión 3D demostró ser una alternativa confiable para la innovación rápida y la fabricación local. Aunque 1 de cada 3 empresas utiliza actualmente la impresión 3D, solo está completamente integrada en menos de 1 de cada 10 empresas. Esto supone grandes oportunidades para un mayor crecimiento en el conocimiento y el uso.

Las posibilidades  son realmente infinitas, por lo que es interesante ver las increíbles soluciones que los diseñadores e ingenieros proponen, ya que los casos de uso de la de esta técnica se han vuelto más avanzados a medida que las empresas buscaban continuar sus operaciones comerciales, ya que los fabricantes tuvieron que adaptarse cuando la pandemia cambió sus cadenas de suministros. Como resultado, la mitad de las empresas que lo utilizan, crean productos de consumo final, mientras que una cuarta parte se dedica a producir utillaje que les llevará al producto concluyente.

La mayoría de estas empresas que han apostado por este método de trabajo son de sectores distintos, lo que favorece la ayuda en una amplia gama de sectores en los que por ejemplo han ido incluyendo, entre otras, la automoción, la arquitectura, la fabricación y sobre todo la atención médica.

Actualmente, la implementación de la impresión 3D está experimentando un crecimiento como hemos mencionado anteriormente, en el mundo sanitario; probablemente atribuido a muchas oportunidades de subcontratación. Entre sus millones de usuarios, los polímeros más utilizados son el PETG (polietileno tereftalato glicol), el PET (polietileno tereftalato) y el PETT (polietileno coTrimetileno tereftalato) ganando terreno un 31%, la aplicación de estos plásticos en la impresión 3D se centra en la producción de elementos médicos que necesitan cierta flexibilidad, buena resistencia a los golpes (incluso a bajas temperaturas), como por ejemplo: piezas sujetas a presión, piezas protectoras o recipientes para alimentos, las cuales pueden ser totalmente reciclables debido a su certificado FDA.

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